Hola, Magdalena. Mi problema es el siguiente: a mí me gusta mucho cascarme pajas. Desde pequeñito ya me gustaba, tengo varias fotos en las que me estoy tocando la minga, y aún no tengo ni dos añitos (no ahora, sino en las fotos). Luego, de adolescente, mis amigos decían que ellos se la cascaban diez veces al día, y a mí me asustaba decirles la verdad, porque sospechaba que no se vería con buenos ojos que yo me hiciera treinta pajas...
Luego me cansé (perdón, ha sido una errata, quería escribir "me casé"), y mi mujer me ha sorprendido ya muchas veces en el baño dándole a la zambomba. Ella está muy enfadada, dice que si no tengo suficiente con lo que me da, y yo no sé qué hacer, porque me gusta follar con ella, pero donde esté una buena paja, que se quite todo... Creo que me va a dejar. ¿Cómo puedo hacer para mostrarle que ella también me gusta, y que no es problema de la calidad del polvo con ella, sino de mis gustos particulares?
Querido Zambombero:
Cuando tu mujer te pregunta si es que no tienes suficiente con lo que te da, probablemente se refiere a que te gastas demasiado dinero en papel higiénico que paga ella. Lo que deberías hacer es aportar un poco más a la familia y buscarte un trabajo. Sin duda, en tu caso, esto es muy difícil porque tu particular afición quita mucho tiempo y esto no te permite ni trabajar ni estudiar. La única alternativa que te queda es dedicarte a tu afición de manera profesional. Acércate a la Federación Nacional de Pajilleros (o si no quieres dejar de cascártela, envía a tu mujer) y di que quieres hacerte una ficha. Más tarde apúntate a un torneo. De todas formas, te advierto que vas a encontrar mucha competición, pues es un deporte muy extendido en nuestro país, dado que se puede practicar en cualquier sitio y el material necesario suele ser muy barato. Mucha suerte:
Magda.